Café Arábica vs Robusta
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Es preciso reconocer que la calidad de una exquisita taza de café no se limita únicamente a la marca; de hecho, la clasificación por especies desempeña un papel crucial en su excelencia. A pesar de los aproximadamente 60 tipos de café existentes, dos variedades se destacan por encima de todas: los granos Arábica y Robusta, que juntos representan un asombroso 98% de la producción mundial de esta querida bebida.
El café Arábica y el café Robusta, aunque emparentados desde el punto de vista botánico, se diferencian notoriamente en su apariencia, proceso de cultivo y, por supuesto, su sabor característico. Mientras que el Robusta, al ser tostado a un punto medio, revela notas fuertes de especias como pimienta, caucho y madera, el Arábica se distingue por una rica complejidad en sus aromas florales y frutales, además de una amplia variedad de matices ácidos, resultado de su contenido elevado de azúcares.
Una distinción genética esencial también marca la diferencia: el Arábica posee 44 cromosomas, superando al Robusta con sus 22. Esta característica implica que el Arábica alberga una gran riqueza de sabores y matices debido a su información genética más diversa.
En cuanto a su distribución geográfica, el café Arábica prospera en elevaciones que abarcan desde los 800 hasta los 2.200 metros en regiones de Asia, Sudamérica, Centroamérica y Este de África. Mientras tanto, el Robusta, también conocido como Coffea Canephora, encuentra su hogar en zonas más cálidas, como África, Indonesia, Asia y Brasil.
Sus aspectos físicos tampoco pasan inadvertidos: el grano Arábica es delgado y alargado, adquiriendo una tonalidad verdosa y, en ocasiones, con toques azules antes del tostado. Por su parte, el Robusta presenta una apariencia robusta y redondeada.
En resumen, estas dos variedades de café, aunque comparten un ancestro común, poseen distinguidos atributos y sabores que cautivan a diversos paladares alrededor del mundo.